Poema 100

bonhomme

«y como los mendigos alimentan su mugre

así nutrimos nuestros blandos remordimientos«

Te supe noche y yo madrugada
mezcla confusa de luces extremas.

Te vi acostado cuando corría,
alcé una mano que seguiste
con el lóbulo de este a oeste.

Tu nariz pegada al cielo,
la mía, adelantada a mis pasos
me contaba lo que venía.

Te vi distinto de madrugada
cuando la noche me vestía,
y no reconociste mi llanto
ni mi risa tenías registrada.

Fuimos extraños así tan cerca,
lejos de la ilusión de aquello que era día.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Esta web funciona gracias a WordPress.com.

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: