Hace algunos años publicaba un poema de despedida a Luisa Cuesta Vila, en ese momento tuve la suerte de equivocarme porque ella siguió viva, siguió fuerte, esperanzada y luchando. Pero hoy la realidad dicta que sí se fue, que el poema no cambia, los años pasan y Uruguay sigue guardando silencio, los cómplices siguen repartidos por todos lados, están en el ejército, están en sus casas, en sus campos, en sus playas, están en el partido de gobierno, están en la oposición, caminan a nuestro lado y seguimos sin poder saber la verdad. ¡No más impunidad! #Verdad&Justicia
Adios Luisa,
gracias por mostrarnos
que una lucha puede durar toda la vida,
que la convicción se puede sostener,
y la coherencia dignifica.
Acá se queda tu camino,
acá tu dolor, tu dulzura,
dejalos…
Tu angustia se extiende en nuestro pecho,
repartimos el llanto apretado del silencio,
ese que no quisieron romper
los enemigos de la libertad.
Y nos decimos, “la pobre vieja se va”,
y esto es lo poco que sabemos hacer.
Salir a la calle con tu foto en alto,
y tu recuerdo en la piel.
La del pañuelito blanco y el pelo en juego,
la de la mirada prolongada,
que con el tiempo se hizo agua,
la que se tuvo que ir y volvió,
la que protestaba sin violencia,
la que año a año supo caminar, supo esperar,
se va, sin respuesta, sin saber, sin explicación.
Y los lobos Luisa, los lobos, qué dolor, los lobos siguen acá.
Valentina Viettro 
Deja una respuesta